Les digo a mis alumnos en
clase que si no quieren un empleo para toda la vida o trabajar para otro, hay
que estar majara o loco “perdío” para montar tu propia empresa. Pero si te sale
bien, ganarás dinero haciendo lo que te gusta y conseguirás el mejor objetivo
que te puedes plantear en tu vida: SER FELIZ.
La crisis, especialmente
su persistencia y longitud, está afectando a las motivaciones y preocupaciones
de los universitarios andaluces como así se manifiesta en el Informe sobre La Vocación Emprendedora En Los
Universitarios De La Comunidad Autónoma De Andalucía 2014 elaborado anualmente
por ESIC Business&Marketing School. Una cuarta parte de los mismos
no sabe qué va a ser de su futuro profesional y, aunque la opción preferida es
desarrollar una iniciativa emprendedora, crece el número de universitarios que
quieren encontrar un trabajo por cuenta ajena. Me pregunto ¿sabrán estos que la
crisis ha supuesto la desaparición de más de 50.000 empresas andaluzas (sin
incluir el sector primario) con unos 300.000 empleos destruidos[1]?
Además, no tienen opinión clara sobre la posible gravedad de la crisis. Ello
puede ser debido a que creen que estamos saliendo de la misma y esta
circunstancia puede ser una oportunidad que mejore su futuro laboral aunque el
mismo puedan encontrarlo allende nuestras fronteras.
Nuestros universitarios
piensan que emprender es una necesidad ante el negro panorama laboral asentado
en nuestro país. El desempleo está forzando a personas que antes no se lo
plantearían, la necesidad de emprender su propia aventura empresarial. No es
porque en la Universidad les hayan inculcado el espíritu emprendedor. Es
unánime el clamor de nuestros estudiantes respecto del insuficiente papel de la
Universidad, en la que no se recibe formación adecuada para poner en marcha un
proyecto empresarial ni forma adecuadamente en Nuevas Tecnologías. Y creen que
es necesario que los profesores tengan experiencia profesional real porque su
preparación sería más completa y cercana a la realidad y les facilitaría una
mejor salida laboral. Esta Universidad desfasada es uno de los graves problemas
estructurales de España.
La vocación emprendedora pierde algo de fuerza
como consecuencia de la profunda crisis que sufrimos y de la que los medios de
comunicación social muestran sus terribles consecuencias y que lleva a que
nuestros universitarios no vean el emprendimiento como opción que ayude a su
progreso profesional y que brinde un aceptable estatus socioeconómico pero, en
cambio, se gana en definición del proyecto. Quien quiere montar su propio
negocio tiene claro la actividad empresarial que va a desarrollar.
Desgraciadamente no son proyectos industriales o innovadores. No están alejados
de la realidad empresarial andaluza y se concentran en el sector servicios[2].
En mi opinión, especialmente en una
época de crisis, los proyectos han de ser más productivos para sobrevivir pero
parece que los nuevos negocios nacen débiles y corren el serio riesgo de no ser
duraderos. Son poco productivos por ser poco innovadores, por usar poco las
NNTT, porque los proyectos no aspiran a crecer en ventas, empleos, y no se
plantean un alcance internacional de mercados limitándose al mercado local.
Se echa en falta un mayor
conocimiento del mundo empresarial hasta el punto que una cuarta parte,
recordemos que hablamos de un sector de la población académicamente formado y
preparado, es incapaz de dar el nombre de un empresario español o andaluz y si
se les pregunta por marcas, las primeras del ránking están relacionadas con el
ocio y el entretenimiento, con el consumo.
Las condiciones actuales del
entorno son poco proclives para iniciar una acción emprendedora. Esa es la
misión de todos nosotros y, especialmente, de nuestros políticos: cambiar las
condiciones de tal manera que los andaluces consideren emprender su propio
negocio como la mejor opción para desarrollarse tanto personal como
profesionalmente. En definitiva, ese el futuro de Andalucía. Y si no hay
emprendedores, no habrá empresas que creen puestos de trabajo y, por tanto,
riqueza en nuestra tierra. ¡Adelante!
Artículo publicado en la revista Andalucía Económica en su número de octubre de 2014
[1]
Cerca del 10% de su tejido empresarial. Desde 2007 y hasta 2012, en España
desaparecieron, en términos netos, unas 275.000 empresas, un 8% de las empresas
existentes a cierre de 2007. InformeSobre La Situación De La Actividad Empresarial En Andalucía 2012, CEA.
[2]
Cuatro de cada cinco empresas desarrollan sus actividades dentro del amplio
ámbito de actuación que supone el sector de los servicios. Informe Sobre La Situación De La Actividad
Empresarial En Andalucía 2012, CEA.